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Residencial Portixol
El Residencial Portixol se alza en el barrio del Molinar, un enclave característico de la ciudad de Palma enfocado al puerto deportivo de nombre homónimo.
Un antiguo barrio de pescadores de carácter modesto y sencillo, con identidad propia, en el que sus gentes preservan ese sentimiento de pertenencia a un lugar y a una comunidad.
Esto se refleja en la arquitectura y el urbanismo:
una amalgama de calles paralelas al mar, estrechas, con plazas y rincones históricos. Un área donde las viviendas típicas son sencillas y no contemplan más de una o dos alturas. Un barrio con color, bañado por la brisa marina.
Este proyecto se emplaza en pleno corazón del barrio, asomándose al paseo del Borne, a escasos 100 metros de la playa.
El reto principal consistió en ubicar- en una parcela de 1000 m2 donde antes hubo una antigua fábrica de muebles- un conjunto de 11 viviendas unifamiliares adosadas que pudieran mantener la esencia del barrio y que completasen el volumen vacío de la parcela sin desentonar con las casas típicas colindantes.
Para ello, se proyectaron las fachadas utilizando elementos característicos de la arquitectura de la zona.
Ventanales pequeños y de proporción vertical, barandillas de forja, ventanas correderas mallorquinas y el uso de la piedra natural Zarzi como elemento decorativo y protector de la fachada a nivel de calle. Esto, sumado a la concepción de una volumetría sencilla y austera, de dos alturas y con casetones de cubierta inclinados – similares a las del resto de edificaciones-, consigue integrar el proyecto de tal manera que parezca que siempre estuvo allí.
Las viviendas en su conjunto forman una colmena. Los vecinos se refugian del exterior, pero confluyen en el espacio de zonas comunes del interior.
La piscina conforma el elemento central del área común pensada para fomentar la vida vecinal y las relaciones sociales- tal y como ocurre en el propio barrio del Molinar.
La zona de día – comedor, cocina y salón – vuelca en su interior a una terraza privada que,
a su vez, se conecta con el espacio común. El uso de la vegetación y del agua, en el patio central, genera la agradable sensación de contar con una pequeña plaza interior.
Cada vivienda tiene acceso a su propia cubierta plana,
igual que ocurre en la arquitectura vernácula del barrio, creando, así, un nuevo nivel de usos muy interesante, desde donde ver el mar o divisar las diferentes y características casas de este antiguo barrio pesquero.