Casa en Cala Vinyes
Se trata de un proyecto que trabaja fuertemente vinculado a la parcela.
Se interpreta la edificación como un elemento longitudinal que surge del terreno y se implanta en mitad de la parcela, aprovechando, así, todos sus matices. Se crean dos entornos, que dotan al proyecto de dos fachadas principales.
La primera fachada se relaciona con el aspecto privado, con la escala humana. Una fachada en altura, donde se alberga el programa de habitaciones, los usos más reservados y alejados de la vista pública.
La otra fachada es la que se muestra al mundo. La que se aprecia desde el exterior.
Una única fachada de mayor altura, más representativa, donde se vuelcan los usos de día y las zonas nobles la de la vivienda. Es también la que se relaciona con los accesos de la casa y con los espacios de ocio exterior.
Relación entre fachadas.
La relación entre la fachada de menor altura y la de mayor altura se materializa interiormente en un juego espacial de llenos y vacíos, de visuales cruzadas entre ellos, que enriquecen el proyecto y dan coherencia, cosiendo el ámbito privado y el público. Se convierte así la edificación en la articulación entre las dos zonas diferenciadas de la parcela.
Todo ello se muestra organizado bajo el influjo, a veces visible a veces invisible, de una modulación que rige y organiza toda la planta, proporciona ritmo a la estructura y ayuda a componer los huecos en fachada.
El resultado es un proyecto ordenado, atemporal, disruptivo y con sello propio. Con identidad.
