Vivienda entre medianeras

Las tres alturas se unifican a partir de una fachada principal insignia: la confeccionamos con una celosía de cerámica blanca que rinde homenaje a la artesanía de la provincia de Castellón. Su diseño geométrico nos permitió ofrecerle privacidad al interiorismo, y proteger las estancias orientadas al sur.

La distribución de la casa, lejos de ser arbitraria, atiende a las necesidades del propietario. El sol del Levante es un factor fundamental en su día a día, por lo que el cliente nos planteó la posibilidad de que la iluminación natural bañase todas y cada una de las estancias.

Con ese objetivo, y a pesar de que solo la fachada principal lindaba con el exterior, esbozamos nuestra solución arquitectónica: a la cubierta le aplicamos un lucernario o tragaluz, que a través de dos patios permite filtrar los rayos de sol, de forma cenital, por las tres plantas de la vivienda.

También juega un papel fundamental la escalera: debido a la estrechez de las plantas, la situamos en una posición central, convirtiendo los pasos de circulación que la rodean en áreas habitables. 

La sensación de amplitud la potenciamos revistiendo la escalera de un acero micro perforado, y por una cuestión óptica: en el plano general aporta transparencias y una visión 360º del espacio.  

Profundizando en la primera planta, el comedor y la cocina se conectan mediante el patio, esta vez cubierto con un suelo pisable, cuyo revestimiento en cristal le otorga una apariencia de estancia exterior climatizada.

Se trata de una filosofía parecida a la de la segunda planta, la de los dormitorios, desde la que se visualiza el cielo al completo. Un detalle que, junto al lucernario y los patios, ayuda a que el espacio no parezca opresivo y se pueda ventilar fácilmente.